domingo, 22 de agosto de 2010

Verdad Absoluta, basílica de la credulidad

Bueno bueno, al final me decidí a crear un blog, igual es atractiva la idea de tener una pág para publicar cada una de las locas ideas que cruzan mi cabeza...plasmarlas, compartirlas, traspasarlas, tal como decía una amiga: inmortalizarlas y comenzaré con un ensayo que hice hace muchos años para el plan diferencial de química... que surgió de una loca inspiración y casi por obligación, es una crítica un poco burda, inmadura y poco menos sin fundamentos, no pasa a ser más que una loca idea que me valió un 7.0 y algo en que pensar acerca de lo que suelo llamar ' ciencia', como ven nada de mucha importancia ni que les vaya a quitar el sueño, sólo una deuda con el profe que quería que lo publicara. (Al parecer no le haré ningún cambio, quiero subirlo tal cual lo escribí años atrás, por lo que tal vez la escritura sea decepcionante y poco clara, infantil por sobre todo, pero así nació y así morirá este ensayo,:D. Este tenía que tratar sobre un tema abordado en la clase introductoria del ramo, un ensayo breve no recuerdo los demás requisitos u_u). Sin más preámbulo aquí va:

Título: Verdad absoluta, basílica de la credulidad.
Autor: Daniela Sanhueza Flores.
'Publicado' by me :D
Año de creación: 2007.
Año de 'publicación': 2010.


Ciertamente resulta muy difícil pensar en la existencia de leyes universales en este mundo tan dual, en donde lo que es no es siempre lo que es, sino que también, a  veces, lo que no es, y cuando digo esto hago referencia a la relatividad y a la subjetividad, que a simple vista estos dos conceptos no compatibilizan en forma alguna con la ciencia, puesto que lo que es, sencillamente, es lo que vemos, tocamos y comprobamos, sin embargo, y en contraposición a mi afirmación anterior, del mismo modo puedo decir que la ciencia no es sólo probar la veracidad de un algo o un todo, sino que además conjeturar, ir más allá de lo pensado o establecido en torno al conocimiento y lo posible, y creo que por ellos tenemos grandes 'personajes' que parecen salidos de una historia de ciencia ficción, con teorías que aparentan haber sido elaboradas por una especia de sicótico, por la época en donde fueron planteadas, no obstante, hoy se han transformado en leyes y son las que sentaron las bases del actual pensamiento científico. Pero son tantos los avances tecnológicos, tantos los descubrimientos en todas las áreas de la ciencia, y son tantos los misterios, que generosamente nos ofrece la naturaleza, la vida y la existencia, que nuestras amadas formulas y leyes quedan sin palabras y no dan abasto a tanta interrogante, sin embargo no me creo con el valor de refutar a Aristóteles, ni mucho menos a da Vinci, y lo más probable es que se deba a ello que solemos jugar el papel del crédulo, aceptando el conocimiento de los antiguos sabios que en algún momento nos entregaron su verdad, convirtiéndose en la nuestra, y sin el coraje de aventurarse en lo desconocido y controvertido nos hemos quedado con un por qué taciturno.
Si tuviera que validar mis palabras con hechos concretos, sin duda me remitiría a mencionar la razón Áurea, o más conocida como número de oro o 'divina proporción', número que nos ha acompañado desde épocas muy antiguas, por lo que no debería resultar extraño el hecho de que todos estemos familiarizados con él, para darle énfasis a esto último es que se me ocurre aludir a un trabajo realizado en segundo medio, en el cual no nos costó mucho trabajo averiguar de qué se trataba tal número, internet, aparentemente, nos facilitó enormemente la tarea, con un buscador cualquiera pudimos aprender que el número de oro provenía de la división de un trozo, de su medida total por la medida del segmento mayor, o bien por la división de la medida del segmento mayor por la del menor, lo que nos da 1.618, y que este número, a su vez, lo podíamos encontrar en algunos rectángulos, en construcciones, tarjetas de crédito, en el arte, la música, la naturaleza e incluso nuestro cuerpo. Definitivamente no se trataba de algo complicado, aún así se realizó una muy buena explicación por parte del profesor a cargo de la investigación, pero no se nos explicó un punto crucial, y aunque se nos siga enseñando acerca de este número sigue quedando el vació en aquel punto tan básico. Claro, no caeré en el jueguito tan cómodo de culpar a los profesores, o a la educación chilena, pues en nuestra búsqueda tampoco se encontró respuesta que apuntara a lo crucial de aquel número (cabe mencionar que pudimos haber buscado mal en ese entonces) y, lo que es más, tampoco se nos ocurrió preguntar, por lo que, para nosotros la razón áurea es todo un arcano.
Y hasta hoy la mayoría no se pregunta algo tan básico como cuál es la razón de ser de dicha cifra, no obstante, este número parece ser adoptado por muchos como un número que rige nuestra existencia, es decir que por el simple hecho de haber servido para los alumnos de Pitágoras como ayuda para descubrir las rectas inconmensurables, o por ser el resultado de un resultado a un problema prácticamente medieval, haciendo referencia a lo antiguo, o por aparecer en el famoso hombre de Vitrubio del genio Leonardo da Vinci, o por formar parte de casi todos los ámbitos de nuestra vida, por no decir todos, se le atribuye, poco menos que un carácter divino, cosa que para mi resulta incierta, y que mientras no quede clara y demostrada la razón de ser de aquel número seguirá siendo simplemente una cifra, sin importar lo que hayan dicho los grandes pensadores del renacimiento...De todos modos, al hacer reseña sobre este tema, no pretendo insultar a nadie, ni mucho menos quedar como poco inteligente al no comprender el verdadero significado de este número, que nos acompaña hasta en la política, y por desechar las palabras de los genios renacentistas, mas es necesario decir que desligarnos un poco de los dichos de los antiguos sabios y tomar la ciencia por nuestras propias manos no hará que el mar desaparezca, ya que ellos, al igual que yo, pudieron estar equivocados.